Igual que comentamos, en uno de los anteriores posts, los riesgos de padecer sobrepeso u obesidad durante el embarazo, tener bajo peso también conlleva riesgos para la salud tanto de tu bebé como la tuya. Estar embarazada conlleva una serie de cambios físicos que pueden afectar a la imagen de la mamá. Aunque estos cambios son normales, aún se escuchan comentarios, entre las futuras mamás, como por ejemplo “estoy enorme”, “he engordado mucho”, “no recuperaré mi figura”. Es imprescindible que la madre reciba el apoyo de los que la rodean, desmintiendo estas afirmaciones, ya que, aunque pueda parecer difícil recuperar la figura anterior al embarazo, en la mayoría de los casos, vuelve a su estado original.
Los riesgos que existen al padecer bajo peso durante el embarazo son los siguientes:
Reducción de cantidad de líquido amniótico; que permite la movilidad del bebé dentro del útero.
Bebé con bajo peso; ya que no ha recibido los nutrientes adecuados en la gestación. Un bebé se considera que tiene infrapeso o bajo peso, cuando pesa menos de 2500 gramos.
Prematuridad; El bebé puede nacer antes de las 36 semanas de gestación.
Retraso en el desarrollo y crecimiento fetal; así como problemas en el desarrollo y trastornos del aprendizaje cuando son niños.
Como ya se comenta en diferentes entradas del blog, durante el embarazo se debe aumentar la aportación de diferentes nutrientes como las calorías, las proteínas, el hierro, el calcio, el zinc y el ácido fólico, para que el feto se desarrolle completamente y el bebé nazca sano. No obstante, tu médico te puede prescribir algún tipo de suplemento para compensar el bajo peso, si es tu caso. Sigue siempre las recomendaciones de los especialistas y consulta con ellos cualquier duda que te pueda surgir en torno a este tema.
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