Las
mujeres en edad de procrear deberían adoptar un estilo de vida
saludable con el objeto de reducir el riesgo de defectos en el
nacimiento, el anormal desarrollo fetal o problemas de salud crónicos
tanto para la madre como para el bebé. Existen diversos factores que
permiten llevar el embarazo a término de forma saludable como el
aumento de peso adecuado, la actividad física durante esta etapa, la
alimentación variada, la suplementación adecuada en vitaminas y
minerales, evitar el alcohol y otras sustancias dañinas y un manejo
seguro de los alimentos. Los niveles inadecuados de los nutrientes
clave pueden llevar a la predisposición del niño hacia patologías
de tipo crónico en su edad adulta, por eso es tan importante actuar
para la mejora del bienestar de la madre y el bebé.
Factores
que afectan al resultado del embarazo:
Defectos
de nacimiento, bajo peso neonatal, viabilidad del feto. Datos del
2010 muestran que en Estados Unidos un 3% de los niños nació con
algún defecto, mientras que los nacimientos en los que se daba bajo
peso eran un 8,1% del total. Estos factores fueron los primeros
causantes de mortalidad infantil en 2006. Adoptar comportamientos
saludables incluyendo una nutrición óptima, suplementación
adecuada y evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas antes
de quedarse embarazada y durante la gestación son la clave.
Obesidad
y diabetes gestacional. El
exceso en la ingesta calórica no garantiza el aporte de nutrientes
adecuado durante el embarazo y tanto estas ingestas excesivas como el
sobrepeso en la etapa reproductiva se asocian a riesgos tanto en el
corto como en el largo plazo a riesgos para su salud como la
obesidad, diabetes, dislipemia y enfermedad cardiovascular.
Hipertensión
y preeclampsia. Se atribuye de
forma promaria a la creciente prevalencia de obesidad así como al
retraso de la maternidad hacia edades en las que la hipertensión es
más común. La hipertensión durante el embarazo puede dañar tanto
a la madre como al feto y las mujeres con hipertensión crónica son
más proclives a padecer preeclampsia.
Cómo llevar el embarazo a término de forma óptima?
Escogiendo
un estilo de vida saludable. El aumento de peso durante el embarazo
por encima de los valores recomendados se asocia a riesgo para la
salud de la madre y el bebé. Las
recomendaciones sobre el aumento de peso provienen de las
establecidas por el Institute of Medicine (IOM) en 1990 que aconsejan
para un peso normal, engordar durante el embarazo entre 11,3Kg y 15,9
Kg. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) aceptó
en el año 2011 las recomendaciones de la IOM. Un aumento excesivo de
peso en la gestante puede también propiciar un parto con
complicaciones.
Gasto
energético.
La actividad física durante el embarazo tiene
beneficios sobre la salud de la madre en términos generales. La
actividad moderada no incrementa el riesgo de bajo peso en el
nacimiento del bebé, parto prematuro o aborto. La adecuada nutrición
prenatal y un programa de ejercicios han demostrado reducir la
excesiva ganancia de peso durante la gestación y la mayor
reducción en el peso ganado ( 2 meses tras el parto ) en mujeres con
un IMC normal antes del embarazo.
Suplementación
con nutrientes adecuada y ordenada.
Hierro.
Durante el embarazo existe una mayor demanda fetal y placentaria y la
absorción a nivel intestinal se incrementa. La anemia por déficit
de hierro es la deficiencia de micronutrientes con mayor prevalencia
en todo el mundo que afecta tanto a mujeres embarazadas, mujeres
lactantes y a los niños más pequeños. El porcentaje de anemia por
déficit de hierro en embarazadas, alcanza en los países
industrializados el 17,4%.
Durante
los promeros 2 trimestres este déficit aumenta el riesgo de parto
prematuro, bajo
peso neonatal y mortalidad infantil. En general, la recomendación
diaria de 15 mg se duplica a 30 mg/día. Si no es posible cubrirlos
con la alimentación, será necesario recurrir a suplementos
farmacológicos de este mineral.
Ácido
fólico. Tan importante durante como antes del embarazo por sus
propiedades preventivas en los defectos del tubo neural. Para las
mujeres en edad reproductiva se recomienda:
- Mujeres de 14 años en adelante: 400 μg/día.
- Adolescentes embarazadas de 14 a 18 años: 600 μg/día.
- Mujeres embarazadas de 19 años en adelante: 500μg /día.
- Mujeres lactantes de 14 a 18 años: 600 μg/día.
- Mujeres lactantes de 19 años en adelante: 500 μg/día
Vitamina
D. La cantidad recomendada para mujeres embarazadas es de 10μg /día
según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria.
Colina.
Es un nutriente esencial durante el embarazo por su alta tasa de transporte entre la madre y el feto. El déficit enla madre puede
interferir en el desarrollo cerebral normal del feto. A pesar de
encontrarse en muchos alimentos, las embarazadas no suelen alcanzar
el nivel de ingesta adecuada que debe ser de unos 450 mg./día.
Calcio.
Durante el embarazo las necesidades de calcio aumentan, ya que el
esqueleto
del feto tiene que mineralizarse. Una baja ingesta durante el
embarazo conduce a una disminución de los depósitos de este mineral
en la madre y puede aumentar el riesgo de osteoporosis en años
posteriores. La placenta transporta activamente el calcio hacia el
feto, con una acumulación neta de 30 g al término de la gestación,
estando casi todo en el esqueleto fetal. En un 90% esta acumulación
acontece en el tercer trimestre. El
calcio se ha relacionado con la aparición de preeclampsiaNo
obstante,
en la actualidad no tenemos datos suficientes para aconsejar la
suplementación universal con calcio durante el embarazo.
Las
ingestas adecuadas de calcio en el embarazo y en la lactancia se
sitúan entre
1.200 y 1.500 mg/día. Estos aportes deberían satisfacerse
prioritariamente
a partir de la ingesta de alimentos
Yodo.
El yodo es fundamental para un normal desarrollo del cerebro y
crecimiento. Durante el embarazo la necesidad de yodo se incrementa y
tanto la madre como el feto pueden volverse vulnerables ante esta
carencia. El hipotiroidismo congénito está asociado al cretinismo,
así como con la prematuridad, el bajo peso neonatal, aborto,
preeclampsia, muerte fetal y deficiencia en el desarrollo
neorocognitivo del feto. El IOM recomienda una ingesta de yodo de 150
μg /día antes de concebir y 220 μg/día durante el embarazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario